sábado, 31 de marzo de 2012

Primavera árabe, ¿el despertar del pueblo? I



   Las revoluciones y protestas de Túnez seguidas de las de Egipto también conocidas como la “Primavera Árabe” que empezaron en 2010, podríamos decir que fueron el comienzo de un gran movimiento social en las calles pero también en Internet. Por lo que, son un claro ejemplo de ciberactivismo, de ciberrevoluciones que a continuación abordamos.


   La falta de democracia, la pobreza y el inmovilismo político fueron algunos de los motivos por los que se iniciaron las protestas sociales que tanto en Túnez como en Egipto acabaron con la dictadura de su respectivo presidente,  Zine el Abidine Ben Ali en Túnez (23 años en el poder) y Hosni Mubarak en Egipto (30 años en el poder). En todo momento bajo la presión de una revolución popular que tras muchas semanas de protestas se volvió insoportable para el régimen.  Las revueltas reflejaron la desesperación de una población que ya no podía más, que no estaba dispuesta a seguir soportando la autocracia, las malas condiciones de vida y la represión, a la vez que demostraron la capacidad de movilización del pueblo tunecino y egipcio. 



  Pero no podemos dejar de lado el papel que jugaron en dichas revoluciones los medios de comunicación sociales como Facebook, Twitter, Youtube y los mensajes de texto enviados vía móvil. Éstos fueron vitales para promover la participación ciudadana así como la creación de espacios de libertad de expresión, también para conducir el descontento popular y lograr un cambio político y una transformación democrática. Por lo que, estas nuevas vías de comunicación proporcionaron a los manifestantes un espacio virtual donde poder planificar, organizar y ejecutar las protestas pacíficas que llevaron a la destitución de sus dictadores. Pero, también sirvieron para esquivar la censura oficial y enterarse de las muertes, y detenciones de periodistas y activistas. Además permitieron realizar de forma eficaz un “periodismo ciudadano” a través de foros de ciudadanos de a pie para documentar las protestas, proporcionar evidencias de la brutalidad gubernamental, al igual que difundir sus propias palabras e imágenes al mundo exterior.
  


NESSA ELENSAR

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